04 junio 2011

¿En qué consiste ser un genio?

Pues entre muchas otras cosas como follar poco, ser un genio consiste en decir verdades como la que viene a continuación y tras cuya lectura no puede uno dejar de experimentar un estremecedor encogimiento de escroto. Si se es mujer, pues no sé.

“Todo es más complicado de lo que usted piensa. Usted sólo puede ver una décima parte de lo que es verdad. Hay millones de pequeños hilos amarrados a cada decisión que toma; usted puede destruir su vida cada vez que escoge algo. Pero quizá no se va a dar cuenta hasta dentro de veinte años. Y nunca podrá rastrearlo hasta la fuente (…) Dicen que no hay esperanza, pero la hay: es lo que usted crea. Y aun cuando el mundo sigue dando vueltas por los eones de los eones, usted está aquí sólo por una fracción de una fracción de un segundo. La mayor parte de su tiempo es gastada en estar muerto o en no haber nacido todavía. Pero mientras está vivo, espera en vano, desperdicia años esperando una llamada o una carta o una mirada de alguien para que todo esté bien. Y así gasta su tiempo, una vaga sensación de culpa o una vaga esperanza de que al final algo bueno llegará. Algo que lo haga sentir conectado, que lo haga sentir completo, que lo haga sentirse amado. Y la verdad es que me siento tan iracundo, y la verdad es que me siento putamente triste, y la verdad es que me he sentido herido por tanto tiempo, y durante todo ese tiempo he pretendido que estoy bien, para ir con la corriente, sólo para, no sé, porque nadie quiere escucharme hablar de mi miseria, porque ellos tienen la suya propia. Bueno, que se jodan todos. ¡Amén!”.


Esto lo dice un personaje de una película escrita por Charlie Kaufman, al cual dedico una parte importante de mi anodina existencia.