07 junio 2011

Una frase y su longitud

Hola amigos de nuevo. Heme aquí otra vez, puntual como casi siempre a mi cita más o menos diaria con la más pura genialidad.

Hoy, la cosa va de frases largas. Se conoce que esta tarde he pasado por el blog de Portnoy, dónde alguien había opinado acerca de la simplicidad de la frases de Stephen King. Y entonces me he acordado de cierta frase de extraordinaria longitud (y belleza) perteneciente a "Lolología (El empujoncito)" que es un novelón de 35 pares de cojones que he escrito un amigo muy amigo mío.

Pertenece a uno de los últimos capítulos, cuando ya veía la luz al final del túnel. Recuerda (mi amigo) haberse dicho: "No hay cojones de hacer una frase de diez líneas". "Que sean quince" se respondió. Al final la frase le quedó tal que así:


"Dicho esto, aquellos que no hubieran merecido el tan ansiado salvoconducto a la selectividad se tenían que conformar con unas palmaditas solidarias en la espalda y una recriminación benévola por no haber sabido corregir el rumbo de su destino con una miserable pata de cerdo o una rutinaria mamadita, mientras que a los tres o cuatro cretinos que no habían bajado del siete en todo el curso pero aún así se habían pasado la mañana jugando a estar al borde de un ataque de nervios se les hacía pagar su desvergüenza con mofas de toda clase, insultos de intensidad variada y ocasionales agresiones leves en la parte posterior del cuello, sobretodo si su apellido empezaba por una de las últimas letras del abecedario y a su salida del despacho les esperaban muchos de los que ya sabían que se las iban a tener tiesas con sus padres nada más llegar a casa y, lógicamente, necesitaban a alguien a quien hacérselo pagar."


¿No es una preciosidad?


PD: Si os gusta tanto como a mí, haced como yo. Escribíosla en el pene para así tenerla siempre a mano.