- No lo veo. Diría que puedo ser feliz aquí arriba.
- No digas tonterías, a ver si vas a acabar deshonrando a
la familia.
- ¿Y ahora qué hacemos, papi?
- Mueve las patas.
- Ya las muevo.
- Más rápido.
- Lo intento.
- Bueno, no preocupes. Te pago un máster.