13 mayo 2011

Catalán antinacionalista e independentista

Tengo un amigo. Bueno, varios. Este es catalán. Como todo el mundo sabe, los catalanes somos la polla. Aunque hablemos mal y respondamos en catalán a los que vienen a comprarnos el pan en castellano.

Yo he vivido muchos años en Zaragoza. Así a ojo, diría que al menos a la mitad de los zaragozanos les ha pasado que alguna vez han ido a comprar el pan (en Salou o Cambrils por lo general) y el panadero o panadera les ha atendido en el idioma del demonio pese a haberse expresado ellos inicialmente en castellano.

A todos menos a uno que también conozco a quien sí le respondieron en castellano. Pero de mala gana. "Como por obligación y sin ningún entusiasmo".

Perdónesenos la proverbial descortesía catalana. Pero reconózcase también la capacidad de convocatoria de nuestro gremio de panaderías.

Ayer me explicaba mi amigo que la política le importa tres (3) cojones, que él con ir follando cada cierto tiempo se da por satisfecho. Pero que puesto a definirse políticamente, se define antinacionalista e independentista.
Independentista, dice, para eliminar el 80% del problema (el nacionalismo español).
Y antinacionalista porque, una vez Cataluña fuese independiente, dice que habría que quemar todas las banderas y quitar las calles a Francesc Macià y Lluís Companys y demás símbolos del catalanismo reivindicativo.

Conseguido esto, esperaría a que el resto de España hiciese lo mismo con los suyos y votaría por volvernos a juntar con una única condición: Que nos quiten los peajes de una puta vez.

Un fenómeno, mi amigo.

PD: